Cómo afecta tu nómina a la declaración de la renta

El IRPF es, junto con las cotizaciones a la Seguridad Social, uno de los dos elementos que conforman el apartado de las deducciones, es decir, la parte de la nómina que resta la suma que aparece en el apartado de “devengos”.

Sin embargo, a diferencia de la Seguridad Social, el porcentaje de IRPF no es fijo sino variable, ya que depende de diversos factores como la renta anual o la situación personal (estado civil, número de hijos…). Todo esto puede hacer que calcular el IRPF pueda suponer un verdadero quebradero de cabeza.

Otra característica del IRPF es que, a pesar de ser un impuesto anual, se trata de una tasa que pagamos mensualmente. Lo que hacemos como trabajadores, en realidad, es adelantar el pago del IRPF a Hacienda mes a mes.

Este hecho, unido a la complejidad del cálculo del IRPF, hace que, normalmente, la cifra de IRPF que hemos abonado hasta la fecha no coincida con la cifra real de IRPF que debemos abonar.

Entonces, una vez realizada la declaración de la renta, como trabajadores nos podemos encontrar en las siguientes situaciones:

• Que la declaración de la renta salga negativa o a devolver. Es el caso de cuando hemos aportado más IRPF del que deberíamos. Si es así, la Agencia Tributaria devuelve la diferencia ingresándola en nuestra cuenta corriente.

• Que la declaración de la renta salga positiva o a ingresar. Por el contrario, si nos hemos quedado cortos y todavía nos queda un porcentaje de IRPF para aportar, la declaración nos sale a ingresar, es decir, nuestra obligación es abonar a Hacienda la cantidad que falta.

• Saber si la declaración es negativa o positiva es sencillo: solo basta con fijarse en el signo de la cifra que aparece en la casilla de la cuota diferencial o en la parte superior de la página resumen de la renta. Si aparece un signo negativo delante de la cifra, nos devolverán parte de los impuestos que hemos adelantado. Si no, tendremos que completar los aportes a la Agencia Tributaria pagando la diferencia.