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¿Por qué las PyMEs siguen sin apostar por la retribución flexible?

4 Marzo 2019

La retribución flexible, también llamada retribución a la carta es una medida de compensación que supone una gran comodidad para toda la empresa.

Consiste básicamente en el intercambio de parte del salario efectivo por productos o servicios puestos en disposición para el empleado. Por ejemplo, mediante este intercambio, el trabajador podrá, por un porcentaje muy pequeño de su salario, gozar de enormes beneficios como pueden ser los tiques de comida, los vales de guardería o el transporte.

Implementando esta práctica, el resultado es un intercambio del que todos salimos ganando. Por un lado, podremos realizar una mejor gestión de nuestro tiempo, ya que nos libraremos de algunas preocupaciones innecesarias para el trabajo, como pensar dónde comer o a quién dejar los niños durante la jornada. Con la marcha de estos temas tendremos, a su vez, menos tiempo para distraernos y, por lo tanto, seremos capaces de centrarnos mejor y de poder realizar mejor la multitarea.

Por otra parte, este sistema de compensación supone numerosas ventajas económicas, ya que permite el ahorro de dinero, porque hablamos de servicios que están exentos de IRPF y que, además, suponen una simplificación en las gestiones.

Sin embargo, este tipo de prácticas no es todavía muy frecuente todavía en el sector de las pequeñas y medianas empresas españolas. Según un informe publicado por Pluxee, el 72% de las empresas PyMEs, es decir, en concreto las empresas de menos de 100 trabajadores, no practica ninguna de estas medidas en su personal. Este dato resulta llamativo, puesto que hemos aclarado que la retribución flexible solo aporta efectos positivos, tanto a la empresa como al personal.

Entonces ¿Por qué las PyMEs no se benefician aún de las ventajas de este sistema retributivo?

Desconocimiento

Según la definición de la Unión Europea, las pequeñas y medianas empresas son aquellas que poseen, en el caso de las pequeñas, menos de 50 empleados, o, en el caso de las medianas menos de 250. Dicha escasez de personal viene acompañada, en la descripción de la UE, por unos volúmenes de negocios que distan mucho de las grandes empresas. En resumen, una PyME es una empresa que posee menos recursos para todo, hasta para poder estar informados.

Cuando hablamos de retribución flexible, la realidad nos dice que muy poca gente tiene claro qué significa y qué consecuencias supone para la compañía. Y la implementación de esta genera dificultades, ya que hablamos de unas prácticas que son imposibles de implementar si no se tiene un conocimiento adecuado sobre ellas. Debido a esto, es muy fácil caer en tópicos y tener una concepción imprecisa acerca de lo que es la retribución a la carta.

Por este motivo, es conveniente explicar aquello que NO ES retribución flexible:

  • La retribución flexible NO está relacionada con la flexibilidad del tiempo. No tiene nada que ver con un horario la carta, o con una jornada laboral flexible.

  • La retribución flexible NO tiene que ver con la remuneración por rendimiento del empleado. Realmente, en lugar de beneficiar al empleado en función de su productividad, se centra en beneficiar al equipo mediante servicios con ventajas fiscales y en simplificar la gestión de la empresa gracias a la centralización de esta retribución a la carta de todos los empleados en una única plataforma.

  • En la misma línea, tampoco tiene NADA que ver con incentivar económicamente en relación con el cumplimiento de objetivos por parte del personal.

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Responsabilidad

Por otro lado, en la mayoría de las PyMEs, sobre todo en las pequeñas y microempresas, existe una sobrecarga de trabajo individual, tanto en los directivos como en el personal, que obliga al equipo a practicar el multitasking y a gestionar mejor el tiempo. Esto deriva en una falta de recursos para la implementación de la retribución flexible, ya que hablamos de empresas que, por lo general, carecen de departamentos de RRHH y cuyos CEOs se encuentran más centrados en sacar al negocio adelante que en otra cosa.

Es muy común escuchar en directivos frases como “No estoy como para buscarme más complicaciones”, porque piensan que la implementación de la retribución flexible supone complicaciones fiscales innecesarias. Ellos ven a la retribución a la carta como una sobrecarga de trabajo administrativo, solo reservada para grandes empresas.

Sin embargo, la retribución a la carta no supone una carga de trabajo añadida, sino está más bien relacionada con tener una mejor visión estratégica. Como hemos visto, estas prácticas de compensación suponen numerosas ventajas tanto para la empresa como para los empleados. Entonces, llevar a cabo la retribución flexible supone una actividad mucho más atractiva y productiva que el mero hecho de administrar nóminas.

Falta de comunicación

Para terminar, cabe mencionar que otro gran problema tiene que ver con la comunicación interna dentro de la empresa. Cuando queremos implementar la retribución flexible es básico explicar el beneficio al empleado, así como las características de la compensación. A muchos empleados les cuesta entender los beneficios de este tipo de prácticas, ya que prefieren recibir su nómina de manera íntegra sin que de esta se extraiga un porcentaje debido a la retribución a la carta. Pero la realidad es que gracias a la retribución a la carta se genera un ahorro significativo proveniente de las exenciones de IRPF que favorece tanto a la empresa como al empleado.

Los cambios también pueden generar dudas, incluso miedo y desconfianza. Por eso mismo, es vital informar y recalcar los beneficios que este tipo de servicios pueden aportar a sus vidas. No todas las pequeñas y medianas empresas pueden realizar una subida de sueldo de manera general, ya que disponen de un capital y de unos recursos limitados. Sin embargo, lo que sí pueden hacer es proveer al personal de servicios de uso diario que de verdad mejoren su calidad de vida, como los tiques para restaurantes, sin que para ellos le suponga coste alguno. Por si fuera poco, medidas así suponen un enorme impacto debido al ahorro sustancial que produce contratar este tipo de servicios mediante la retribución flexible.